Extrañarte significa que cada vez eres más extraño, que cada vez te conozco menos y que cada vez lo llevo mejor. Extrañarte fue dejarte ir, dejarte crecer, cambiar y evolucionar… todos sus sinónimos lejos de mis bragas, todos los sinónimos lejos de mi piel.
Se dice que no recordamos a otros por sus actos, sino por como sus actos nos hicieron sentir.
He olvidado amores de verano, besos, caras, nombres. He olvidado playas, campamentos y estaciones. He olvidado a quien me quiso poco, a quien me quiso demasiado, gente que pasó por mi sin pena ni gloria.
Olvidamos a algunos y recordamos intensamente a otros. A todos nos pasa. Hay personas que dejan heridas abiertas invisibles con los besos que no dieron, hay personas que dejan huella después de pisarte… y luego estás tú…
Estás tú en un cajón de mi cabeza, guardado bajo llave. Un cajón que pone «finales alternativos, vidas paralelas, cosas que no fueron» junto a un: «Cuidado, recuerdos frágiles, no tocar, no llamar»
En ese cajón estás tú, y el sonido de tu respiración cuando estabas cerca, el calor de tu cuerpo en un abrazo. Están las veces que tus dedos tocaban los míos, con más o menos disimulo. Están todas las cosas que te dije tarde porque hacían ruido en mi cabeza y las que no te dije, están las veces que yo me he ido y todas las que tú me dejaste hacerlo. Están todas ahí. Todas las veces que me miraste como si necesitaras algo más, están todos tus silencios, y todos los nombres que nos hemos puesto, todos los casi y todos los nunca.
Hay más. Hay veces, veces que pensé en tenerte o que todo fuera diferente. Están todas las veces que he fingido ser quien no soy para decepcionarte lo suficiente que te costara estar cerca, ponértelo fácil, ponérmelo difícil. Todo está ahí en una caja que pone «te quiero, pero no era yo lo que tú querías»
Estás ahí junto con mis miedos, mis inseguridades y tus desplantes… están con mis dudas sobre si yo te he dejado alguna cicatriz, si te dejé con ganas, si en algún momento fuimos algo o si pasé por ti sin hacer ruido. Si me olvidaste.
Tengo un recuerdo y un sentimiento metido en esa caja, el recuerdo de mi piel vibrando como la cuerda de una guitarra, del corazón palpitando como un tambor, de la lluvia sonando en contra mi abrigo al volver a casa. Tengo recuerdos contigo, de tus dedos en mi piel, de tus ojos en los míos. Los tengo, los guardo… están en una caja cerrada a cal y canto que pone «FRÁGIL» en todos los idiomas del mundo.
Lo guardo porque sé que es un recuerdo irremplazable, que esa yo que temblaba junto a ti ya no existe. Que ese chico que parecía inocente ya no está. Guardo un recuerdo donde no puedas romperlo, porque el molde lo quemó el tiempo y solo nos quedan los restos.
Por eso todo tú está en una caja que pone;
«Te echo de menos, pero ya no quiero que vuelvas»
