Llevo meses atrapado en ti. En tu imagen saliendo por la puerta. Atrapado entre el antes y el ahora, en saber que ya no es, que ya no estás, que ya no soy.
Cuando no aguanto más me acuesto a dar vueltas en la cama, mientras tu recuerdo llama con sus uñas afiladas a la puerta, y yo quiero hacerme el dormido, pero acaba colándose por alguno de mis rotos, metiéndose en mi cama, haciéndome llorar, clavándome las uñas en los besos que no están, en mi cuello y mis entrañas.
Y cuando ya no puedo más mis pestañas se rozan, otro día más se va, soy un día menos niño y soy un día más sin ti… y yo estoy cada vez más cansado de echarte de menos, exhausto, dolorido y cuando por fin Morfeo me abraza, tu recuerdo me sacude y siento el abismo bajo mis pies.
Ese segundo entero en el que sueñas tropezar y que caes de bruces a un agujero negro en el que no puedes respirar ni gritar… hasta que me despierto de un salto, con el corazón acelerado… como ese día que te fuiste sin mirar atrás, desde día en el que yo no he dejado de caer al vacío…
… En caída libre.
(Para D. Mi chico vainilla)
