Me encantan las playas con frío, las playas de norte, las playas de abrigo… de mar revuelto y vacío, de meter las manos en las mangas, de abrazarme las rodillas. Pocas cosas me gustan más que mirar el horizonte hasta desgastarlo, hasta imaginar su curvada forma. Esas playas de invierno, de esos pueblos pesqueros, pequeños,Sigue leyendo «UN PAISAJE IMPROBABLE»